martes, 5 de noviembre de 2019

TRABAJO FINAL DE NARRATIVA II (EUROPA/ASIA)




Profesor Hernán Ocantos
Nombre y apellido del/a estudiante:
Los trabajos serán entregados al correo electrónico del docente: hernanocantos@gmail.com
Fecha última de recepción: 7 de diciembre de 2019.
Formato de presentación: tipografía Times New Roman (o similar) número 12, interlineado doble, párrafo justificado.
En caso de ser necesario, la bibliografía deberá consignarse en hoja aparte según normas APA

1) Bajo el paraguas conceptual de la autoficción ejercer la acción de narrar (extensión aproximada de tres páginas).
“La autoficción -género paradójico por excelencia, que vacila entre dos mundos, el de la autobiografía y el de la novela, y que no nos permite como lectores discernir entre verdad o invención- viene a registrar una paradoja contemporánea: la espectacularización de la intimidad, la imbricación de los espacios, los límites laxos entre lo público y lo privado, entre la realidad y la ficción. La autoficción no es ajena a las escrituras confesionales que fueron absorbidas por la cultura del espectáculo porque sus búsquedas estéticas son compatibles con esa telerrealidad. En una época en que lo íntimo se revela en todos lados, la novela también ha dejado de novelar. Las relaciones entre verdad y mentira, ficción y realidad que nunca fueron sencillas de dilucidar, hoy vuelven a complicarse.
Los relatos autoficticios son relatos ambiguos porque no se someten ni a un pacto de lectura verdadero, ya que no hay una correspondencia total entre el texto y la realidad como la que postula el pacto referencial, ni ficticio, porque se mantienen en ese espacio fronterizo e inestable que desdibuja las barreras entre realidad y ficción. La autoficción constituye un subgénero híbrido o intermedio que comparte características de la autobiografía y de la novela. En ellas se alteran las claves de los géneros autobiográfico y novelesco y el pacto se concibe como el soporte de un juego literario en el que se afirman simultáneamente las posibilidades de leer un texto como ficción y como realidad autobiográfica.” (Musitano, Julia (2016). “LA AUTOFICCIÓN: UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA. ENTRE LA RETÓRICA DE LA MEMORIA Y LA ESCRITURA DE RECUERDOS”. Texto íntegro disponible en https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68482016000100006)

2) En su discurso de aceptación al Premio Iberoamericano de Letras “José Donoso”, el escritor argentino Ricardo Piglia desarrolla una serie de afirmaciones acerca de lo que él llama “el arte de narrar”. Allí se explaya acerca de algunos conceptos tales como: narración, información, narrador, forma, verdad, realidad, testigo, entre algunos otros.
a) Leer el artículo de Ricardo Piglia. (Disponible en https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-23762007000100021)
b) Seleccionar algún pasaje de alguno de los textos narrativos del corpus trabajado durante el cuatrimestre y relacionarlo críticamente con el artículo consignado.

jueves, 24 de octubre de 2019

PRESENTACIONES para NU II

Balzac y la costurera china.

Poner en tensión la errónea dicotomía “Civilizacióno Barbarie” nos abre preguntas interesantes acerca de la necesidad de clasificar, de imponer culturalmente, de enaltecer una cultura por sobre la otra. Involucrarnos en esta clasificación ¿Binaria? posibilita reflexionar sobre la denominada alta cultura y sus efectos. La filosofía del clown, espontánea, visceral y sensible nos ayuda a plasmar tal vez en forma vivencial que todos nuestros actos van cargados de ideología y repercuten en el otro. A partir de símbolos como la Torre Eiffel o los textos de Mao, la vieja discusión acerca de la cultura cobra un sentido más completo.  Después de todo, delante de cada buen hombre culto hay una nariz roja.  






CAPITALISMO/PROLETARIADO – RASHOMON

“Cuando la subjetividad y la percepción personal se impone a la hora de relatar un
acontecimiento nos encontramos frente a un verdadero EFECTO RASHOMON”
Considerar armar una relación entre los temas capitalismo y proletariado y establecer,
además, una conexión paralela con los cuentos Rashomon y En el bosque fue un
particular desafío.
Como senderos que se bifurcan, había en el grupo unas ideas dando vueltas.
Paradójicamente el punto de reunión para sentarse a consensuar las mismas fue un
local de McDonald’s, referente sin parangón del capitalismo. Allí, en ese lugar,
dirimimos y craneamos el esbozo de lo que sería finalmente nuestra exposición en
clase.
Tres momentos abarcarían el tiempo para desarrollar lo concretado: texto y música
amalgamados con una pizca de arte como condimento.

Primer momento. Rashomon” y Homero: La guerra perdida del Proletariado frente al
Capitalismo.
“(…) bajo el Rashomon el criado de un samurái esperaba a que la lluvia amainara (…)
“(…) los últimos dos o tres años Kyoto había sido asolada por una seguidilla de
fatalidades: terremotos, tifones e incendios la habían convertido en una ciudad
absolutamente devastada (…)
“(…) En circunstancias normales [el sirviente] volvería sin más a la casa de su amo; pero
hacía pocos días había sido despedido, a desmedro de haberlo servido durante varios
años (…)”

A su vez, en otro contexto y tiempo:

Cuando sale del trabajo, Homero viene pensando (…)
Dice que está muy cansado y encima hoy no pagaron.
Imposible bajarse de esta rutina y se pregunta “ ¿Hasta cuándo?” (…)
Poco disfruta sus días pensando en cómo hará
si en ese empleo no pagan y cada vez le piden más. (…)
Qué injusticia que no se valore eficiencia y responsabilidad,
porque él hoy se mató pensando y es lo mismo que uno más.(…)
La vida de un obrero es así,
y pocos son los que van a zafar.
Tanto el sirviente como Homero son parte del proletariado, víctimas de la crisis
capitalista: El primero sirvió durante años a un amo quien, tras la devastación edilicia y
socioeconómica de Kyoto, lo deja en la calle. El segundo es explotado, porque trabaja
de modo eficiente y responsable, pero no le pagan a término. En definitiva, en poco
tiempo será un desempleado más.

Dos hombres, dos obreros en contextos y tiempos divergentes luchan por una causa
común: sobrevivir.

Segundo momento: la ira.
(…) El hecho de que este sirviente, que por muchos años había sido empleado por su
señor, hubiera sido despedido ahora por él, no era en realidad más que una pequeña
ola inducida por el torbellino de esa decadencia.
(…) Por eso el sirviente, en lo que seguía un torrente de ideas incoherentes y trataba
por el momento —dejando a un lado todo lo demás— de pensar cómo sobrevivir de
alguna manera el día de mañana —o sea, por decirlo de algún modo, cómo sobrellevar
de alguna manera lo que no había manera de resolver— escuchaba distraídamente el
sonido de la lluvia que desde hacía un rato caía (…)
Para sobrellevar de alguna manera lo que no había manera de resolver, el sirviente no
tenía tiempo de escoger un medio (…) “no le quedaría más remedio que convertirse en
un ladrón”.
(…) A medida que los pelos eran arrancados uno por uno, iba desapareciendo poco a
poco del corazón del sirviente el terror que al principio había sentido. Y al mismo
tiempo, iba moviéndose poco a poco en su pecho un intenso sentimiento de odio hacia
aquella vieja… No, “hacia aquella vieja” no es quizás la expresión más afortunada. Era
un sentimiento de aversión hacia todos los males, que iba intensificándose en su
corazón con cada minuto que pasaba. Si en ese momento alguien le hubiera planteado
una vez más el cuestionamiento sobre el que había estado reflexionando antes bajo la
puerta —a saber, morirse de hambre o convertirse en ladrón— seguramente habría
escogido sin miramientos morirse de inanición.
Toda acción del ser humano se basa en elegir. Algunos dicen que el ser humano se
despega del animal por el uso del raciocinio. Yo, por el contrario, creo que el ser
humano es humano desde el primer momento que elige. Uno constantemente ejerce
el poder de la elección (Coelho un poroto al lado de esta frase) y es aquí donde reside
la dinámica de lo humano. El sirviente se encuentra en un momento de su vida donde
sus pilares morales están en jaque. Debe cometer un acto inmoral, según su moral,
para sobrevivir. Ya decidido pone en marcha su elección, pero en el medio suceden
cosas. Un torbellino de sensaciones acomete su mente. Pasa del desasosiego y la
desesperanza, del hambre y el abandono, a la furia total. Un ataque de ira sin
explicación aparente y elije. Elije focalizar su ira en una anciana que se encuentra en la
misma situación que él. ¿Por qué decide desnudar a la anciana y dejarla tirada en el
suelo? Es una pregunta que jamás obtendrá respuesta.
Ska-p canta a viva voz ¡RESISTENCIA! Y yo me pregunto ¿contra quién o contra que se
resiste el sirviente? ¿Se resiste contra su amo (ex amo) que lo ha dejado sin trabajo?
¿Se resiste frente al ocaso de su país? ¿O se resiste a abandonar lo último que le queda
de dignidad? Se enoja y descarga toda su ira con una pobre anciana, que en definitiva
no estaba haciendo otra cosa que él no haya pensado hacer unos instantes atrás. ¿Por
qué se la agarra con ella y no con quien está arriba de la pirámide?

Tercer momento: el pacto.
La interpretación del tema musical Un pacto para vivir pudo generar diversos mensajes
a partir de su selección, pero el enfoque fue puesto en la transversalidad con el tópico
capitalismo/proletariado y la común unión de los temas inherentes plasmados en los
textos ficcionales: traición, muerte, duelo, vejación, horror, miseria…
A modo de cierre sellamos con la humanidad un pacto para vivir cotidiano, con todo lo
que ello implica. En paz y con el sol naciente japonés como generador de esperanza y
energía para los seres que habitamos el planeta, centrándonos en la siguiente frase:

vivir en el efecto o reflexionar en sus consecuencias.


TRABAJO GRUPAL - Memorias del subsuelo – narratividad – lírica – teatralidad
Integrantes: Abedin, Estrada, Gugasian.
Memorias del subsuelo fue publicada en 1864 en la revista Epoja, en sus números 1, 2 y 4. Memorias puede leerse como una parodia de la novela ¿Qué hacer? de Nikolái Chernyshevski. Y esta, a su vez fue una respuesta a la novela Padres e hijos (1862) de Iván Turguénev.
Rosa Luxemburgo expone claramente su tesis central de El espíritu de la literatura rusa: La vida de Korolenko: “La característica principal del repentino surgimiento de la literatura rusa es que surgió en oposición al régimen ruso, en el espíritu de lucha [...] Bajo el zarismo, la literatura adquirió en Rusia un poder público como no había conocido en ningún otro país o época.”
Estructura de la novela:
La primera parte es puramente expositiva y comienza con la nota del autor- advertencia al lector de que el diario y su contenido son ficcionales pero que a juzgar por la época es posible que existan hombres así. Es la exposición de su pensamiento posterior a lo sucedido en la segunda parte, es una disquisición ininterrumpida del fluir de la conciencia que lo que intenta es justificar los actos que llevó adelante.
Pero va más allá, y parodia la actitud de los intelectuales de la época que pretendían erigirse como sujetos de una misión que hacía de ellos los líderes de la revolución y la emancipación del pueblo. Esta crítica paródica a los intelectuales los representa como seres inteligentes pero que son incapaces de la acción. Ratones de escritorio. Mientras se sientan a pensar no actúan. Él ahora tiene 40 años, pero los hechos que narra son anteriores de cuando tenía 24.
La segunda parte se llama A propósito de nieve derretida y comienza con un poema homónimo de Nékrasov.
“Nékrasov era un poeta pendiente de su puebloAdoraba a su Rusia, pero sobre todo adoraba a los seres que habitaban su territorio y a través de su poesía buscaba una mejor vida para ellos. La poesía brotaba de su alma de una forma apasionada, y se volcaba al pueblo con ímpetu y cercanía.”  Palabras de Dostoievski a Nékrasov en su funeral.
Imagen posible de estos hombres que se sientan a pensar, piensan, piensan, piensan y cuando llega el momento son como la nieve derretida.
Atenta todo el tiempo contra su futuro inmediato y después no pasa nada, todo es nieve derretida, amasa ese pensamiento, sus acciones, sus consecuencias, hace una gran bola y luego cuando la va a lanzar ya está derretida, entonces viene la humillación. “quiero ser lanzado por la ventana…
Esta estructura se repite en todas las acciones de este personaje/narrador o narrador/personaje sin nombre. Todo el tiempo está anticipándose al final.
Más allá del argumento o de la historia que cuenta este narrador/personaje se lee un trasfondo en el que se ven representadas las ideas y los pensamientos de una época reciente pero además lo más oscuro, sórdido y miserable del ser humano.
Otros Hombres del subsuelo
El «hombre del subsuelo» dostoievskiano, hombre urbano, ha reafirmado y sufrido su soledad como si fuese un sino misterioso del que se halla consciente y del que, en el fondo, no quiere huir. Su complejidad psicológica lo hace ser de carne y hueso, contradictorio, lúcido, conflictivo. 
 En la literatura de todos los tiempos hay muchos hombres del subsuelo (Meurseault de Camus, Astier de Arlt, Castel de Sábato, Samsa de Kafka, Malabre de Edmundo Desnoes, Eladio Linacero de Onetti), que, si bien no son parientes directos de este hombre, se encuentran muy cerca y aunque tienen muchas diferencias de acuerdo con el contexto en que han sido creados hay algo que tienen en común.  Se manifiesta lo que Sábato llama el «descenso al yo», es decir, su propia catábasis mental.Se trata de un descenso a los infiernos de la personalidad; saca a la luz los demonios que guarda el hombre en su “covacha”, las ideas, los sentimientos más profundos, los valores y miserias que explican el comportamiento humano. (Se adjunta powerpoint de expresiones artísticas sobre el inframundo).
Es por eso que decidimos experimentar elaborando un texto con los parlamentos de los personajes Juan Pablo Castel y el hombre del subsuelo:
Soy un enfermo. Soy un malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hígado. Pero no sé absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con certeza dónde me duele. Ni me cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideración que me inspiran la medicina y los médicos. yo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza, Además, soy extremadamente supersticioso... lo suficiente para sentir respeto por la medicina. (Soy un hombre instruido. Podría, pues, no ser supersticioso. Pero lo soy.) Si no me cuido, es, evidentemente, por pura maldad. Ustedes seguramente no lo comprenderán; yo sí que lo comprendo. Claro que no puedo explicarles a quién hago daño al obrar con tanta maldad. Sé muy bien que no se lo hago a los médicos al no permitir que me cuiden. Me perjudico sólo a mí mismo; lo comprendo mejor que nadie. Por eso sé que si no me cuido es por maldad. Estoy enfermo del hígado. ¡Me alegro! Y si me pongo peor, me alegraré más todavía.
 ¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas, en un rincón oscuro del taller, después de leer una noticia en la sección policial! Pero la verdad es que no siempre lo más vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia, más inofensiva
Ahora voy a contarles, señores (quieran ustedes o no), por qué ni siquiera he conseguido llegar a ser un insecto. Lo declaro ante ustedes solemnemente: muchas veces he intentado convertirme en un insecto, pero no se me ha juzgado digno de ello.  Una conciencia demasiado clarividente es (se lo aseguro a ustedes) una enfermedad, una verdadera enfermedad. Una conciencia ordinaria nos bastaría y sobraría para nuestra vida común; sí, una conciencia ordinaria, es decir, una porción igual a la mitad, a la cuarta parte de la conciencia que posee el hombre cultivado de nuestro siglo XIX
Conozco bastante bien el alma humana para prever que pensarán en la vanidad. Piensen lo que quieran: me importa un bledo; hace rato que me importan un bledo la opinión y la justicia de los hombres. Supongan, pues, que publico esta historia por vanidad. Al fin de cuentas estoy hecho de carne, huesos, pelo y uñas como cualquier otro hombre y me parecería muy injusto que exigiesen de mí, precisamente de mí, cualidades especiales; uno se cree a veces un superhombre, hasta que advierte que también es mezquino, sucio y pérfido. De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable motor del Progreso Humano.”
Transposición:
El hombre del subsuelo, Nicolás Sarquís 1981
El hombre del subsuelo, adaptación libre de la novelaMemorias del subsuelo de F.  Dostoievski 1864 y dirigida por Nicolás Sarquís fue estrenada en Argentina en el año 1981. El filme pone de manifiesto el tema de la reclusión o repliegue como salida posible de las circunstancias del mundo. La excusa que da inicio al relato es la herencia recibida por el protagonista Diego Carmona, una casona perteneciente a su abuela fallecida.  El contexto elegido por el director es la década infame que se hace explícito en el inicio de la película con la lectura deltestamento, finales de 1933. El núcleo narrativo estará desarrollado en gran parte en una vieja casona del suburbio. La narración se organiza en tres etapas marcadas por los espacios que habitan los personajes: la casona de Carmona, la precaria vivienda de Luisa y el club. En cada momento se expone la tensión entre las relaciones de Diego Carmona de 44 años propietario de la casa con los personajes de su entorno:   su mayordomo Severo Piedrabuena en la primera etapa del filme;  Luisa, una prostituta en la segunda y sus amigos de la juventud en el tercer momento.
En líneas generales los planos están dados por un encuadre en profundidad que describe una absoluta resistencia a la exterioridad, una tensión entre el adentro como refugio frente al afuera perturbador.
La relación entre los personajes oscila en los roles de víctimas y victimarios, que cobran significado a través de las distintas etapas narrativas:  en un primer momento las reflexiones de Carmona giran en torno a la muerte, increpa a su mayordomo y a Luisa en varias oportunidades acusándolos  y humillándolos por la vida que llevan, sin embargo sobre el final del filme durante el encuentro con sus compañeros, Carmona se comporta como una víctima de sus ofensas al punto de ser agredido físicamente. El camino del personaje denota la aceptación de la soledad como elección frente a las amenazas que desequilibran su interioridad.
El filme está dividido en tres núcleos narrativos que alteran la narración original y están organizados espacialmente por una oposición adentro-afuera como reserva-amenaza, apariencia-realidad que se detallan a continuación:
1) Adentro: en la primera fase del filme los personajes viven situaciones íntegramente desarrolladas en la casa que se presenta como refugio protector de la realidad exterior, los personajes habitan el encierro, protegidos ante amenazas latentes, no obstante, las relaciones entre los habitantes de la casa son de poder y sometimiento. Es notable el uso de la iluminación y escenografía que describen un ambiente sumamente oscuro marcado por los tonos sepias.  En esta reclusión voluntaria, la irrupción del elemento que desequilibra la casa está dado por Severo, el mayordomo, que para obtener ingresos que Carmona no puede darle, alquila un ala de la casa como set de filmación de películas pornográficas lo que puede traducirse como una invasión del afuera que poco a poco contamina el interior.
2) Adentro-afuera, segunda etapa narrativa: Diego Carmona realiza un viaje junto a Luisa desde la casona hasta el domicilio de ella, una humilde casa en algún barrio suburbano del Gran Buenos Aires. La tensión entre estos personajes se acrecienta, Carmona utiliza una serie de argumentos para humillar a Luisa como la precariedad en la que vive.  El sonido ambiente y la puesta en escena subrayan la condición de indigencia en que vive Luisa: goteo de agua, paredes empapeladas por diarios, objetos rotos, esta desidia establece un paralelismo entre las dos viviendas: Carmona también empapela la habitación con antiguas fotos.
3) Adentro-afuera, casa-club: En su segunda y última salida de la casa Diego Carmona asiste a una reunión con viejos camaradas de juventud, integrantes de la clase alta porteña, este dato lo podemos inducir por sus apellidos, el deporte que practican, esgrima y sus profesiones liberales;  durante la cena la tensión entre los personajes estará marcada por discusiones y agresiones verbales, culminando en la violencia física hacia Carmona a quien sus camaradas tratan de resentido.
Sobre el final las palabras de Diego Carmona: “Se acabaron las frases hermosas, estoy harto de decir mentiras” nos permiten hacer un corte entre los distintos niveles: mentira-verdad, pasividad-acción.
Reflexiones desde el sótano, Andy Walkow, EE.UU.1995
 En esta adaptación libre de la novela de Fedor Dostoievski Memorias del subsuelo, el director utiliza como recurso para el desarrollo del relato una cámara de video que el personaje enciende para narrar sus experiencias y memorias  en primera persona desde el sótano de su casa. Sin un anclaje temporal sólido, la película se desarrolla en una contemporaneidad que se deduce del vestuario, la escenografía, los objetos utilizados: televisores, cámaras de video, automóviles etc. El tono que acompaña la totalidad del filme es el de tragicomedia o comedia negra, el protagonista es un empleado público que padece complejo de inferioridad, pero a su vez puede manifestar crueldad y mezquindad si se lo propone.
Existe un paralelismo entre las situaciones presentadas en el filme y lo narrado en la novela, sin embargo, la mayor parte del filme está centrado en la relación entre el protagonista y Liza, la prostituta. Los ambientes resultan monótonos y sórdidos acompañados por el discurso irónico del protagonista.
El filme se cierra con una especie de reflexión acerca de la realidad y la ficción en la vida de las personas, los planos finales muestran a nuestro narrador en   televisión  observado en distintos lugares y una última observación  sobre la vida de apariencias que sostiene el ciudadano promedio.

Links para ver las películas:
Intertextualidades
Y si de atormentados se trata, y de fluir de la conciencia y de subjetividades y expresión del pensamiento íntimo y más profundo de ser, entonces hablamos de poesía, de lirismo y de Alejandra Pizarnik:
No [poder] querer más vivir sin saber qué vive en lugar mío ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas.
Alejandra Pizarnik.

La palabra entre corchetes figura escrita a lápiz por Alejandra Pizarnik encima de “querer” que no está tachada. 
Poesía completa. Textos de Sombra.  Ed. Lumen. Argentina 2014.

En el rock nacional también podemos encontrar algunos temas que podrían asimilarse al protagonista del hombre del subsuelo.
A Estos Hombres Tristes. (Almendra)https://www.youtube.com/watch?v=RKtkC7ATdVU
El Hombre Suburbano (Pappo’s Blues)https://www.youtube.com/watch?v=VqIOthfsPD0
Durante años, la mítica intro de Los Simpsons se ha versionado adaptándola a diferentes fórmulas. El animador Lazy Square le ha dado una vuelta de turca nunca vista hasta ahora. ¿Cómo sería la secuencia en clave de película de arte rusa? Sombría, deprimente y no apta para todos los públicos. https://www.youtube.com/watch?v=3C-muUgKo8M

Bibliografía:
Dostoievski, F. (2016). Memorias del subsuelo. Caba, Argentina. Ediciones ColihueS.R.L..
Sábato, E. (1993). El túnel. Madrid, España. Ediciones Cátedra S.A.


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MEMES









jueves, 22 de agosto de 2019

NARRATIVA UNIVERSAL II Trabajo Práctico nro. 1


Especialización de Nivel Superior en la normativa en la obra escrita y a través de los canales expresivos audiovisuales



Instituto de Enseñanza Superior n°2 Mariano Acosta


TRABAJO PRÁCTICO Nº1 NARRATIVA UNIVERSAL II (ASIA Y EUROPA) Prof. Ocantos



Exposición: les estudiantes elegirán uno de los textos del programa y lo relacionarán con alguno de los tópicos/temas/conceptos y/o ideas presentados para tales fines. Tanto la vinculación como la propuesta de intertexto se notarán bajo el concepto de obra abierta y superación interpretativa de modo que toda relación será bienvenida si es presentada con su sólida fundamentación.
La exposición es de formato libre por lo que les estudiantes podrán emplear las estrategias, los géneros dscursivos y los modos de presentación que deseen.

Conformación de los subgrupos: 3 (tres) integrantes.
Recursos: elementos audiovisuales provistos por la cátedra y cualquier otro que les expositores crean convenientes.

Tiempo estipulado de exposición: 15 (quince) minutos por grupo.

Fecha de la presentación:28 de septiembre

Textos seleccionados del trabajo final de Narrativa I


NARRATIVA I
Profesor: Hernán Ocantos
Alumno: Pablo Anselmi

Trabajo final
Hay un muerto en el río/ El río de la muerte
Análisis de los cuerpos en El río oscuro (1943) de Alfredo Varela y Las aguas bajan turbias(1952) de Hugo del Carril
La relación de dominación tiene tanto de «relación» como el lugar en la que se ejerce tiene de no lugar. Por esto precisamente en cada momento de la historia, se convierte en un ritual; impone obligaciones y derechos; constituye cuidadosos procedimientos. Establece marcas, graba recuerdos en las cosas e incluso en los cuerpos; se hace contabilizadora de deudas. Universo de reglas que no está en absoluto destinado a dulcificar, sino al contrario a satisfacer la violencia.-Michel Foucault

La historia se inscribe en los cuerpos; la marca de la historia son las cicatrices, las violaciones, las mutilaciones y los desmembramientos tanto del cuerpo social como del cuerpo individual. En algunos momentos, la historia aparece como una recopilación de esos sufrimientos, se transforma en una historia agónica, en un “manual de torturas” que sólo puede ser padecida. Esa historia oscura es la que muestra la verdadera cara de las grandes tragedias y los cataclismos que acechan a la humanidad desde sus orígenes.
Pero no toda la historia golpea siempre a los mismos cuerpos; no toda violencia ataca siempre sobre a <<los de abajo>>; no todo proceso es lineal, siempre hay interrupciones, cortes, que habilitan nuevos espacios de lucha, de demanda, de subversión de los valores imperantes en la época. Tal vez, algo de esto haya estimulado a Alfredo Varela a narrar una historia trágica de dominación y sufrimientos, tal vez algo de esto también haya impulsado a Hugo del Carril a retomar esa historia narrada en una novela, pero que aparecía lejos de ser “ficcional” y filmar una película en donde se hiciera eco de ese grito ahogado de libertad, de justicia, de esperanza.
El río oscuro, novela de denuncia social, acorde al realismo/naturalismo de fines del siglo XIX y principios del XX que propugnaba por mejores condiciones humanas a los sujetos de las clases desposeídas a partir de una descripción minuciosa de las situaciones de explotación por las que atravesaban esos sujetos.
La novela presenta la historia de dos hermanos: Ramón y Alfredo Moreira, que se trasladan al Alto Paraná para trabajar en un yerbatal en una especie de zona franca en la cual no tiene peso ninguna ley, excepto la de los patrones. Ese viaje hacia otra tierra es también un viaje en el tiempo: a las condiciones laborales pésimas que estos hermanos venían padeciendo, encuentran por la subida del río, un régimen de explotación esclavista que parecería tan anacrónico como mortal.
Este lugar desvinculado de cualquier país –una especie de no-lugar o de zona de frontera de la que se desentienden los gobiernos nacionales-se aviene con la idea que propone Agamben (2001) con respecto al campo:
El campo es el espacio que se abre cuando el estado de excepción empieza a convertirse en regla. En él el estado de excepción, que era esencialmente una suspensión temporal del orden jurídico, adquiere un sustrato espacial permanente que, como tal, se mantiene, sin embargo, de forma constante fuera del orden jurídico normal. (página 38)
Después de hacer un catálogo minucioso de todas las torturas que sufren los mensús y las mujeres que los acompañan o que viven en esos ranchos en ese estado de excepción –verdadera trata de blancos y blancas, explotación corporal en todo sentido del término-, Ramón logra huir de esa situación agónica, -dejando a su hermano muerto en el camino hacia la libertad-, y vislumbra alguna esperanza en la posibilidad de obtener mejores derechos laborales a partir de la afiliación a un sindicato y la capacidad de los trabajadores de organizarse.
De todos los aspectos que se pueden destacar de la novela, me interesa destacar uno: los cadáveres. ¿Qué ocurre con los muertos? ¿Qué hacer con esos cuerpos sin vida? Es la gran pregunta a la violencia del siglo XX y una pregunta que todavía hoy nos interpela. ¿Qué ocurre con los mensús cazados, baleados, mutilados en la novela?
La respuesta aflora en los primeros capítulos de la novela:
Hasta Posadas solían bajar los cadáveres boyando. (…) Ahí en la playa, quedaban los pobres cuerpos de los pobres mensús. A veces estaban desnudos. O si no les quedaban jirones de ropa y jirones de piel. O sólo unos huesos machucados. Se acercaban al principio algunos curiosos. Pero ya estaban cansados de asombrarse, y pronto se iban. El espectáculo era demasiado conocido. Y demasiado difícil identificar al muerto. Los muertos del Alto Paraná no tienen apellido ni familia. (Varela 1985:21)
Desde el principio de la narración, asistimos a una inversión de las reglas de la naturaleza: el río que es sinónimo de vida, es en este caso, un río de la muerte. El río trae la muerte, además de poner en escena el castigo –el cuerpo del muerto-y demostrar la omnipotencia del patrón. Así lo dice en la película, en una especie de aforismo: “-Soy el patrón. Todo lo que hay aquí es mío: la tierra, los hombres y las yeguas”.
Pero volviendo a la pregunta, ¿qué hacer con los muertos? En la administración, como su nombre lo indica, se administra la vida y la muerte. Hay algunos ecos lejanos de la casilla de El matadero, sin embargo si en el cuento de Echeverría se establece una relación directa entre la carne y los cuerpos, en este caso, la relación es entre la infusión salvadora –el oro verde, la yerba-y los encargados de conseguirla. Lo que antes era una divinidad Caá-ahora se ha convertido en el significante de la posibilidad de riquezas para los empresarios capitalistas y un motivo más de la explotación del hombre por el hombre.
Si hubiera que caracterizar la administración, más allá de su posibilidad de decidir la vida o la muerte de los subordinados es la de imponer el borramiento de la identidad del sujeto.
Lo más atroz de la explotación ya no son todas las torturas que sufren los mensús. Sino el hecho de negar la posibilidad  de sepultura, esto es, reconocer la vida del hombre. La carne que flota en el río, a la que al principio los sujetos que encuentran ese cadáver se impresionan y atemorizan y que después se vuelve costumbre y deja de ser “novedoso” es el hecho de que se re-presenta la muerte.   Pero esa muerte, claro está es brutal. La aglutinación, la multiplicidad de cadáveres, la generalidad, hace que se pierdan los parámetros con respecto a la vida y la muerte: es una muerte niveladora como se planteaba en la Edad Media, pero ya no para demostrar lo débiles que somos los seres humanos y que la muerte iguala, sino todo lo contrario, esta muerte aumenta la brecha entre los dominados y los dominadores porque pasa a ser una muerte entre tantas: el pobre tiene la muerte como tiene la vida: es anónima y no importa su origen –en los yerbatales desaparece la historia.
Los hombres y mujeres son usados por los patrones para lo que ellos desean, transformándolos en objetos, desligándolos (invirtiendo la posibilidad de re-ligarse: de religión y por lo tanto de recuperar ese vínculo perdido con las divinidades de la selva) y generando otros lazos que se transforman en las cadenas de la explotación. Giorgi (2014) afirma que:
Esta lógica biopolítica de la muerte dice así, fundamentalmente, que en torno al cuerpo muerto se toman decisiones acerca de qué cuerpos y qué vidas son memorializados, inscriptos, recordados-según, evidentemente, jerarquías, gradaciones que reflejan un ordenamiento social –y qué cuerpos y qué vidas son simplemente arrojados al ciclo indiferenciado de la materia sin inscripción jurídica, cultural o social. Tal decisión constituye, evidentemente, la distinción entre persona y no-persona: “persona” no refiere solamente a las vidas a proteger, sino también –y, quizá sobre todo –a las vidas a recordar, a narrar, a memorializar; la no-persona, la vida no personal, en cambio, aquella cuya muerte es insignificante para una comunidad y que no cuenta para la memoria compartida: allí donde el cadáver entra en intersección con, por un lado, el mundo de los animales (en contigüidad con lo animal, lo orgánico, lo “meramente” biológico) y, por otro, con el dominio de lo inorgánico,e cuerpo cosa, el cuerpo vuelto objeto y fósil.  (pág.200-201)  
La película opta por comenzar la narración a partir del cadáver anónimo que flota en el río. Si bien la voz en off narra lo mismo que la novela, la cuestión que plantea es diferente: ese cadáver que aparece será el último ya que la esperanza de redención para los mensús se dará a partir de la llegada de los hermanos Peralta (verdadera adaptación de los nombres: en la novela son Moreyra y Peralta es el mensú federado que le salva la vida a Ramón). Por lo tanto el film establece un tempo narrativo in crescendo que derivará en la rebelión de todos los oprimidos y el castigo mortal que sufren los patrones. La novela, en cambio, recuperará la concepción de la muerte y de los muertos cuando Ramón asiste al brutal fallecimiento de Felicio Frutos, ya que  es en ese instante cuando toma la decisión de irse definitivamente. Si bien esa decisión no entraña ninguna modificación del régimen esclavista que se gesta en el Alto Paraná, -y que casi le cuesta la vida a Ramón en su huida nuevamente-subvierte la noción del muerto anónimo para restituirlo en su humanidad: ya no seguir obviando esas muertes, sino brindar una sepultura, generar una memoria, recuperar a la persona que fue y ahora ha dejado de ser:
Ramón volvió al lugar donde le habían dado sepultura. Cruzó dos palos en cruz y en cambio del tradicional curuzúpaño ató su pañuelo rojo en la parte superior. Después fue a tirarse sobre su lecho de hojas secas y recién entonces pudo dormir. (Varela 1985: 297).
En El río oscuro asistimos a la posibilidad de redención de un sujeto entre tantos, que está indentificado pero que sin embargo, se postula como un héroe colectivo. Los que verdaderamente pueden hacer algo son todos los sujetos unidos, luchando por mejorar sus condiciones de vida:
Peleando solo, aislado, lo único que se podía conseguir era hacer morder el polvo a alguno que otro capanga. Pero lo que él buscaba era hacerles morder el polvo a todos los administradores, patrones y capangas del Alto Paraná. Si allí abajo los hombres sabían hacerse respetar, allí debía estar. En eso que llamaban Sindicato tenía que haber un lugar para él. (Varela 1985: 274)
En Las aguas bajan turbias, el héroe puede ejecutar la venganza de forma individual y huir junto con su amada Amelia a una tierra de oportunidad y justicia, ligado a lo que el protagonista puede y debe hacer.

BIBLIOGRAFÍA
AGAMBEN, G. (2001) Medios sin fin. Notas sobre la política. Valencia, España. Pre-textos.
MACHINANDARIENA, Lina C. (PRODUCTOR) DEL CARRIL, H. (DIRECTOR). (1952). Las aguas bajan turbias. Bs As, Argentina. DC-B.
GIORGI, G. (2014). Formas comunes. Animalidad, cultura, biopolítica. Bs As, Argentina. Eterna Cadencia.
VARELA, A. (1985). El río oscuro. Madrid, España. Hyspamérica.
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Especialización de Nivel Superior en la normativa en la obra escrita y a través de los canales expresivos audiovisuales
Instituto de Enseñanza Superior n°2 Mariano Acosta
1° Cuatrimestre 2019
-Materia: Narrativa Universal I | Trabajo Final
-Profesor: Hernán Ocantos
-Alumna: Mariela Mitsuko Nerome

Consignas
§  Elaborar un trabajo escrito de análisis comparativo entre uno de los textos narrativos abordados durante la cursada y su versión fílmica (cualquiera de ellas en los casos en los que hubiere más de una).
§  La tarea deberá centrarse en los aspectos narrativos de ambas obras. Anotamos algunos ítems a modo de ejemplo, no excluyentes:
-        Alteraciones en el tiempo de la historia (lo que se cuenta, la reconstrucción cronológica de los acontecimientos narrados, contar una historia de principio fin) y del relato (es la manera de contar la historia, los acontecimientos como los expone el narrador),
-        Variaciones en la(s) voces narrativas,
-        Convergencias y/o disidencias de presentación entre ambas obras: omisiones, reescrituras, tergiversaciones, alteraciones, subversiones, parodias.
Trabajo Final
“Mark Twain decía: “¿Por qué la verdad es más extraña que la ficción? Porque la ficción tiene que tener sentido”. Sólo el laberinto que conjuga la imaginación con la materia que llamamos realidad es lo que provee de sentido a un relato”
Álvaro Brechner, 2019
Introducción
A Tanaka Tatsuya, fotógrafo y artista minimalista japonés, se lo suele reseñar como el hombre que crea un mundo propio y fascinante en miniatura[1]. Ese mundo, poblado de objetos cotidianos, se vuelve a la vez ficción y realidad: un cucurucho y una bocha de helado se transforman en una nave espacial y un planeta a partir de la inserción de un astronauta en la imagen. O un muñequito de plástico levantando una curita se transforma en un luchador levantando su cinturón de lucha libre. O Jacob Van Oppen se transforma en un ex campeón mundial temerario levantando un neumático gigante.
En esta frontera de realidad y ficción se inscribe también el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti al crear su propio universo literario: Santa María. Este pueblo, que presenta en sus líneas una atmósfera de decadencia y olvido, es una postal que podría situarse en algún rincón latinoamericano donde el tren ya no llega y el casco urbano no se diferencia de otros pueblos: la plaza, la iglesia, la escuela, el edificio municipal. Santa María es aquel laberinto del que hablaba Álvaro Brechner (2009) en el epígrafe de este trabajo, el laberinto que conjuga imaginación con realidad y le da sentido a un relato.
Santa María es el escenario de dos relatos. O el mismo relato visto desde diferentes enfoques. Santa María es el escenario del cuento Jacob y el otro (1961) de Juan Carlos Onetti y de la película Mal día para pescar (Álvaro Brechner, 2009), basada en dicho cuento. 


Tiempos
En ambos relatos el tiempo de la historia se reconstruye de manera diferente. Si bien en ambos relatos se comienza por el final: un hombre muy malherido en el Cine Apolo, una ambulancia que lo va a buscar, en el cuento, este comienzo es relatado desde la mirada del médico. En este relato hay un principio y un fin, que, de todas maneras, comienza con el fin y finaliza con el principio. El médico cuenta cómo se entera de la gravedad del hombre malherido en el Cine Apolo, cómo pasa este hombre la primera noche, y luego recuerda la llegada de los dos forasteros (que luego en los siguientes relatos nos enteraremos de que son el Príncipe Orsini y Jacob Van Oppen). La llegada de los dos forasteros es el inicio de la historia, la llegada de ambos al pueblo Santa María.
El médico relata: “Y en el mismo momento, con el vaso de agua en la mano, recordé que todo aquello había empezado a mostrárseme casi una semana antes, un domingo nublado y caluroso, mientras miraba el ir y venir en la plaza desde una ventana del bar del hotel. El hombre movedizo y simpático y el gigante moribundo atravesaron en diagonal la plaza y el primer sol amarillento de la primavera”. En este relato se da el primer guiño de la historia: ese gigante moribundo es Jacob Van Oppen, y es difícil no caer en la trampa: moribundo remite a aquel moribundo que se encuentra en el hospital. Aquel moribundo que el médico va a operar y no va a dejar morir porque: “A mí los enfermos se me mueren en la mesa”.
Esta frase en el cuento tiene una connotación casi caricaturesca, dado que luego de esta frase, el médico menciona que Rius (otro médico) “se rió como siempre, me apretó un brazo y se fue”. Sin embargo, en la película, esta frase tiene una carga mucho más solemne y seria. El médico dice: “Mira Rius, a mí los pacientes se me muren en la mesa”. Pero Rius no se ríe, ni le aprieta el brazo. Se va, aceptando las palabras del médico casi como una sentencia. Suena música y se presenta en letras rojas con fondo amarillo: “Mal día para pescar”. Hasta aquí, en la película, la aparición del médico. Pero no es la mirada del médico, no estamos viendo las escenas a partir de él, como en el relato del médico en el cuento, sino que acá el médico es un personaje e interlocutor más entre lo que sucede y el espectador.
Tanto el inicio de la película como el inicio del cuento comparten un secreto: no develan la identidad del hombre malherido, moribundo. En la película vemos a un hombre, pero se encuentra completamente vendado, en el cuento no se menciona quién es.
La mujer | Adriana | La futura turca
En el relato del médico, se nos presenta ya en las primeras páginas, a la “mujer”. Es Rius quien le comenta al médico: “Hermano, falta algo en el cuadro. No le hablé de la mujer, no sé quién es, que estuvo pateando o trató de patear al próximo cadáver en la sala del cine y que se acercó a la ambulancia para escupirlo cuando el gallego y Fernández lo cargaban”.
En la película, la mujer, que luego sabremos que es Adriana, la prometida del turco, aparece en el minuto 19, en la iglesia, solamente en un primer plano, una primera pista de que ella tendrá lugar en la historia. Es interesante la manera en que es retratada Adriana en ambos relatos. Hay puntos en común: una joven fuerte, hermosa, determinada. La imagen un poco estereotipada de la mujer que lleva las riendas en la pareja: es ella quien se aparece ante Orsini para aceptar el desafío: el turco enfrentará en el ring durante 3 minutos a Jacob Van Oppen por 500 pesos (en el cuento) o mil dólares (en la película). Otro punto en común es el peso que tiene en ambos relatos. En el cuento, aparece tanto en los relatos del médico como en el del narrador. En la mirada del narrador, se nos muestra a la Adriana decidida y convencida de que su prometido ganará el desafío. El narrador a su vez nos cuenta lo que genera Adriana en el Príncipe Orsini: de un primer momento de atracción física a entender que ella no dará el brazo a torcer. “Balitas-pensó Orsini indignado; está preñada, está haciendo el ajuar del hijo, por eso quiere casarse, por eso me quiere robar los quinientos pesos”. Y este punto será el que tuerza el destino que Orsini había pensado: arreglar con el potencial contrincante, “ganar” el desafío e irse con el dinero de lo recaudado y con la fama del ex campeón intacta, hacia otro pueblo perdido.
Hay puntos de ruptura del retrato de Adriana entre el cuento y la película. Adriana irrumpe con verdadera presencia en el minuto 24, cuando aparece sentada en el auto del Príncipe Orsini. Esta es una ruptura dado que en el cuento no solo no aparece esta escena, sino que además hay una intencionalidad de seducción muy marcada. Bajan del auto y van a la casa de Adriana. Ahí ella despliega su arsenal: no sólo le dice al Príncipe Orsini que su novio aceptará el desafío, sino que también le anuncia lo que sucederá: Ronnie Lima es un borracho, no va a llegar en pie al sábado. Ronnie, un joven con quien el Príncipe Orsini había arreglado el desafío previamente, efectivamente cae en la comisaría por estar borracho. Esta premonición suma astucia a Adriana en la película, dado que Ronnie Lima no aparece en el cuento.
El director de El Liberal
El personaje del director del diario El Liberal presentado en la película es un punto de disidencia respecto al cuento. La razón es simple: en el cuento no existe. Podría haber una similitud con el “jefe de Deportivas”, dado que hay diálogos que ambos personajes comparten, pero el director de El Liberal cumple un papel importante en la película y ahí se encuentra el punto de disidencia.
En lo que respecta a las convergencias, ambos personajes retratan al turco de manera magnánima respecto a su físico y fuerza. Sin embargo, el Director incrementa aún más esa imagen cuando en el minuto 46 le cuenta al Príncipe Orsini una anécdota conocida en el pueblo: el turco le había cortado las dos orejas a un peluquero que había rapado como un intento de broma a Adriana, pero igual oía, dado que le “habían quedado los agujeros”.
La disidencia en el relato se encuentra en dos elementos: en el minuto 58 de la película, el director le da a entender a Orsini que sabe que él no tiene los 500 pesos y que no ha podido “arreglar” con el turco dado que no pudo convencer a la “futura turca”. Pero el segundo elemento, aún más revelador, es que es el director quien le dice a Orsini que se escapen en el micro de la madrugada, la noche previa a la pelea en el Apolo. Este segundo elemento, esta idea de fuga derrotera, aparece en el cuento, pero desde el propio pensamiento de Orsini en el relato del narrador. En la película, la sugerencia del Director de El Liberal es casi un reflejo de las caras y gestos de Orsini cuando mide y observa al turco, cuando se da cuenta de que corrió de un tirón casi 2 kilómetros, cuando cree que ya no hay esperanzas para Jacob.
Jacob Van Oppen | El Gigante
Los re-escrituras en el cuento y la película respecto a Jacob pueden plantearse en distintos ejes: el aspecto derrotero de Jacob es una atmósfera que rodea todos los relatos (el médico, el narrador y Orsini) a lo largo del cuento. Desde el “gigante moribundo” del médico, pasando por los pensamientos derroteros de Orsini que nos cuenta el narrador (“Tres minutos: pobre Jacob Van Oppen”) o las percepciones de Adriana que también nos cuenta el narrador (“Esta noche voy al Liberal para aceptar el desafío. Lo vi al campeón en misa. Está viejo”) hasta el relato del propio Orsini (“Sonó la campana y dejé solo a Jacob, mucho más solo y para siempre que como lo había dejado en tantas madrugadas, en esquinas y bares, cuando yo empezaba a tener sueño y aburrirme”). En la película, esta atmósfera se re-escribe dado que se intensifica: se muestra a Jacob cansado cuando corre, borracho, con ataques que calma Orsini con píldoras, angustiado (llora, grita, casi rompe un armario en el hotel: esto último no se cuenta en ninguno de los relatos del cuento). Sin embargo, la re-escritura también se encuentra en su determinación que intuimos recién al final, en aquella escena que comparten el cuento y la película en la que Orsini le comunica que no peleará, que huirán y Jacob no acepta: no solo obliga a Orsini a beber dos tragos seguidos, sino que luego de un golpe a la mandíbula lo duerme y lleva a la cama. En el cuento hay un elemento que se omite en la película: Orsini lleva un revólver en el bolsillo de la bata, que sabe que no usará, pero lo lleva. Sin embargo, en la película, esta omisión del revólver se traslada a la mirada de Jacob cuando entiende que Orsini ha arreglado los desafíos previos, cuando ya ha decidido no huir en el micro de la madrugada, cuando Orsini resignado le contesta que sí, campeón, vas a pelear mañana. 
Reflexiones finales
En 1988, Loïc Wacquant, sociólogo francés, se inscribió en un club de boxeo de un barrio del gueto negro en Chicago. Durante tres años, no solo compartió la vida dentro y fuera del ring con sus compañeros de sparring, en su mayoría negros, desempleados y excluidos de todo seguro social, sino que también abordó su objeto de estudio con su propio cuerpo. En este marco, toma el testimonio del entrenador DeeDee: “El cuerpo es el estratega espontáneo que conoce, comprende, juzga y reacciona al mismo tiempo. De otro modo sería imposible sobrevivir entre las cuerdas”.
El cuerpo atraviesa los relatos de “Jacob y el Otro” y “Mal día para pescar”. El cuerpo del gigante, ya sea del ex campeón viejo y cansado que nos presentan los relatos, ya sea el cuerpo del gigante joven y vigoroso del turco, ya sea el cuerpo resistente, sorpresivo, nockeador del mismo gigante cansado que nos hacían creer al principio, durante y casi hasta el final de ambos relatos.
En el cuento, los narradores diferentes coinciden en los relatos: la coincidencia se encuentra en el hecho de que los sucesos acontecen de un modo determinado desde distintos lugares. Y en esos sucesos, hay un cuerpo gigante, cansado, borracho, derrotado. Y luego un cuerpo que sorprende, que aniquila, que deja tirado moribundo al otro gigante, al joven y vigoroso.
La pregunta que sobrevuela es ¿Quién es el otro? ¿Hay un otro? Podría ser el médico, el narrador, Orsini, podría ser El Turco. Considero que el otro es el propio Jacob, el gigante derrotado y cansado, y el gigante vencedor y vigente, que, tal como rezaba DeeDee, hizo de su cuerpo, su propio estratega.

Bibliografía
-Brechner, Á. (2009). Mal día para pescar. Uruguay: Baobab Films.
-Onetti, J. (1994).  Jacob y el otro. En: Cuentos Completos Onetti. Alfaguara. Buenos Aires.
-Wacquant, L. (2006). Entre las cuerdas. Cuadernos de un aprendiz de boxeador. Siglo Veintiuno Editores Argentina. Buenos Aires.








[1]                 Para mayor información: https://www.nippon.com/es/people/e00139/


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La narrativa en la obra escrita y a través de los canales expresivos audiovisuales
Instituto de Enseñanza Superior N°2 "Mariano Acosta"

Trabajo Final

Narrativa Universal I
Profesor: Hernán Ocantos
Alumna: Virginia Peyrás Villarino




1° Cuatrimestre 2019

            En el siguiente trabajo analizaré la transposición del libro Ciencias Morales de Martín Kohan a la película La mirada invisible dirigida por Diego Lerman. En ambas obras, el subtexto de la dictadura que parecería ser un marco temporal de los sucesos es en realidad el esqueleto de este relato que nos muestra que la institución educativa es reflejo de la dictadura militar presente en el país, paralelismo que se dará en la película ya desde el comienzo con el himno y los niños marchando en fila, tomando distancia y acatando las órdenes del general/jefe de preceptores; en la novela se verá el paralelismo con la Guerra de Malvinas en las alusiones presentes a la trinchera (cubículo donde se esconde Marita), la imaginaria (su rol al vigilar a los alumnos) o la subversión (alumnos que fuman dentro del colegio), entre otras.
            Primero, podemos observar que el tiempo de la narración en ambas obras sigue un orden cronológico de los sucesos bien marcado, el inicio del año escolar y su desarrollo en 1982. Fundamental para marcar la violencia, el control y su desvío que se traduce en la decadencia del régimen militar. El paso del tiempo es marcado por el día a día de medio año, el último de la dictadura militar, el tiempo en el que se desarrolla la Guerra de las Malvinas.
            En segundo lugar, un aspecto fundamental en ambas obras es la descripción del ambiente donde suceden los hechos. La descripción minuciosa del colegio en la novela, acompaña a recrear el escenario, parecería que "la casa está en orden" ya que cada detalle nos posiciona ante un colegio, enorme, limpio, donde la vigilancia recae hasta en cada azulejo que lo conforma, el colegio es a su vez las reglas que allí se imparten.  La película, por otro lado, no pudo ser filmada en el Colegio Nacional de Buenos Aires, pero, sin embargo, se encarga de describirnos, con planos generales y paneos, un colegio enorme, pulcro, silencioso y en orden, además, con primeros planos se detallan las expresiones de los personajes y las voces se tornan casi innecesarias para contar esta historia. El filme, además, se encarga de demostrarnos que ocurre algo similar con el espacio externo al colegio: las imágenes de María Teresa en el subte, en la calle, en el bar o en su casa, nos describen a una Buenos Aires de comienzos de la década del 80 que parece tranquila y ordenada, es la Buenos Aires que ve ella. Colegio y Ciudad son reflejo de la Buenos Aires que quería el gobierno de facto, supuestamente tranquila y en orden, bajo la vigilancia extrema y, también, es así a los ojos de María Teresa. Es de esta manera, como dice Peña-Ardid (1999), que "la articulación sintagmática del film supondría además un incremento de la densidad semántica y connotativa de cada plano, haciendo viable la creación de toda una serie de construcciones asociativas, metafóricas o antitéticas" (p. 134). El "desorden" aparece en la escena de la fiesta donde ella concurre y donde justamente no se siente cómoda: música, mucha gente bebiendo y charlando muy fuerte, la hermana del anfitrión descalza y hablándole de sexo. A su vez, los "disturbios" se hacen presentes en los ruidos de la Plaza de Mayo, que los actores institucionales intentan ocultar para que el desarrollo de las clases siga su curso como si nada sucediese fuera, de la misma forma que los militares intentaban ocultar el descontento del pueblo con la Guerra de Malvinas.
            Por otro lado, podemos observar que en la novela el narrador en tercera persona parece hacer foco en lo pensamientos de Marita y también en el espacio que dijimos que describe, no es ingenuo, elige contarnos los sucesos con una mirada aún más atenta que la de ella. Es un narrador impersonal, que simula la conciencia, simula ser el orden que debe respetar Marita "Si lo que hubo a destiempo fue un paso tardío, es preciso verificar que tras el error los alumnos estén debidamente quietos" (p. 12). Además pone en duda la misma percepción de Marita: "María Teresa notó, o creyó notar" (p.14), porque no importa si lo notó o lo inventó, de todas formas el control debe estar depositado hasta en lo que pudo haber pasado. En la película y en el libro las primeras escenas donde se muestra el rol de la preceptora y su autoridad, y la relación con Biasutto, es en una situación donde los alumnos forman y toman distancia. En la novela, nuestro narrador nos explica cómo debe ser esta formación, qué función cumple el jefe de preceptores y cómo ella debe vigilar a los estudiantes, especialmente a los varones más bajos que deben tomar distancia con las mujeres más altas, así ella "cree" ver que un estudiante deposita "excesivamente" su mano sobre el hombre de una chica y entonces interviene (ese excesivamente en bastardilla refiere una vez más a la desconfianza del narrador sobre la mirada de control de María Teresa). Nos muestra aquí que ella reproduce el control que tiene internalizado sin cuestionarlo y sin necesidad de que nadie le marque que debe hacer esto. En cambio, en ausencia de estas aclaraciones que nos hace el narrador, la película resuelve esta escena mostrando que Biasutto (minuto 4:35) le dice a María Teresa que se fije qué sucede entre estos dos alumnos. Además, ya no es un "cree percibir" que se encarga de marcar la novela instalando siempre la duda sobre la percepción de los hechos que tiene Marita, la cámara nos muestra cómo Biandini efectivamente agarra por el hombro a su compañera en lugar de simplemente apoyar la punta de los dedos.  Esto ubica al jefe de preceptores como el que debe marcarle qué hacer  a María Teresa en oposición a lo que instala la novela: el estado ejerce un control que se encarna en las personas sin necesidad de que alguien le diga cómo hacerlo, a tal punto que cuando Biasutto le explica a Marita sobre la subversión ella no entiende muy bien de qué le habla, pero no necesita entender, ella cumple su rol, ella los vigilará de todas formas.
            En la película la familia de Marita está conformada de distinta manera, ella vive con su madre que está con licencia, podemos intuir que por depresión, y su abuela. En cambio, en la novela ella vive solo con su madre, que también parece padecer depresión, pero la causa de su enfermedad sería la ausencia de su hijo que está haciendo el servicio militar y que lo van enviando cada vez más al sur y más cerca de la Guerra de las Malvinas. Esto es importante, ya que el hermano ausente tiene un peso específico importante en la novela y se relaciona fuertemente con el final. En cambio, la película parece agregarle, con el personaje de la abuela, esa autoridad que Marita no tiene en su casa, ocupa el rol de la matrona, dejando ubicada a nuestra protagonista aún más en su rol de niña indefensa e ingenua que contrastará con el final donde asesina a Biasutto.
            Por esto, el final de la película donde ella le clava la lima de uñas y se rebela contra Biasutto mientras los ruidos en la Plaza de Mayo de fondo parecen indicar que la dictadura está finalizando, como si este acto de Marita fuese el pueblo rebelándose contra el gobierno militar, queda relegado a una explosión sorpresiva de un personaje con un carácter apacible y aparentemente cooptado por las ideas de control estatales. La novela por otro lado nos posiciona en la vereda opuesta, ella es violada y seguirá siéndolo hasta que el pueblo se rebela contra el estado y entonces, al caer el gobierno militar, cae también Biasutto. Entonces si pensamos que, como dice Despentes (2012),
La violación es un programa político preciso: esqueleto del capitalismo, es la representación cruda y directa del ejercicio del poder. Designa a un dominante y organiza las leyes del juego para permitirle ejercer su poder sin restricción. Robar, arrancar, arrebatar, imponer, que su voluntad se ejerza sin trabas y que goce de su brutalidad, sin que el bando adverso pueda manifestar resistencia. Goce de la anulación del otro, de su palabra, de su voluntad, de su integridad. (p. 22)
María Teresa en la novela no llora y en la película sí, en la novela seguirá acatando las órdenes, seguirá siendo violada, en la película se rebela y lo asesina, parece que la película deja de lado en primer lugar que el sometimiento de la mujer no es solo ante la violencia física, Marita no puede rebelarse porque el control que ejercen los hombres, los militares y el estado sobre su cuerpo es más fuerte que el hecho físico de la violación, es violada porque debe ser corregida por los actos que comete, como mujer no debe estar donde está, como preceptora tampoco.  El único indicio de este suceso es la lima de uñas que aparece en el subterráneo, pero sabemos que ella no siente una presión ante este control, ella lo ejerce, ella es un brazo de este control y el control es tan excesivo que su desvío se ve en ella excitándose con el hecho de escuchar mear a sus alumnos, en su configuración ella conoce que está mal lo que hace desde esta perspectiva y la violación es un elemento más de esto. Despentes (2012) también nos habla de cómo el cine nos muestra una reacción masculina ante los hechos de violación:
Nunca se escucha hablar en la sección “policiales” de chicas solas o en grupos, que arrancan las pijas con los dientes durante las agresiones, que encuentran a los agresores para matarlos, o cagarlos a piñas. Sólo existe, por ahora, en las películas dirigidas por hombres. (...) Cuando hombres crean personajes femeninos, muy pocas veces lo hacen con el objetivo de tratar de entender lo que viven y sienten como mujeres. Más bien es una forma de poner en escena su sensibilidad de hombres, en un cuerpo de mujer. (p. 21)
            La novela, por otro lado, plantea desde el inicio que ese es un colegio que solía ser solo de varones, que antes peleaban entre porteños y provincianos, pero que ahora conviven hombres y mujeres. Y, entonces, pareciera que nuestra protagonista es una extranjera dentro de las paredes del colegio y que es la lógica del hombre y de la dictadura la que la adoctrinará a ella también.
            Como conclusión, más allá de las similitudes y las diferencias en ambas expresiones artísticas, vemos que la gran diferencia subyace en el planteo metafórico ante el final de la dictadura y la implicancia del pueblo en esto, si Marita representa al pueblo que, ciego, sigue el cumplimiento de las órdenes impartidas por el gobierno militar, en la película logra rebelarse y acabar con este monstruo, mientras que en la novela ella cumplirá diligente sus obligaciones de preceptora (p. 215), es parte de sus obligaciones también ser violada. Por esto mismo lo único que puede salvarla de este suplicio es la caída del régimen militar.



Bibliografía
·       Despentes, Virginie (2012 [2006]). Teoría King Kong. Buenos Aires: Editorial El Asunto.
·       Kohan, Martín (2008). Ciencias Morales. Barcelona: Anagrama.
·       Lerman, D. (Productor y Director). ( 2010) La mirada invisible. Argentina. El Campo Cine S.R.L
·       Peña-Ardid, Carmen (1999). Literatura y cine: una aproximación comparativa. Cátedra.