Narrativa
Universal II (Europa y Asia)
Trabajo
práctico
Profesor:
Hernán Ocantos
IES
Mariano Acosta
Alumna:
Gabriela Laura Cocciolo
Año 2017
Slavoj Žižek afirma que el concepto más
elemental de ideología es quizá la frase de Marx que implica una divergencia
entre la llamada realidad social y nuestra falsa conciencia de ella. Por esta
razón la “conciencia ingenua” se podría someter a un procedimiento
crítico-ideológico. Sloterdijk sostiene que el modo de funcionamiento de la
ideología es cínico y por lo tanto el procedimiento clásico crítico-ideológico
es vano. El sujeto cínico comprende la distancia entre la máscara ideológica y
la realidad social, pero insiste en la máscara.
En la película “Enter the void” de Gaspar Noé
podemos ver momentos de la vida de dos jóvenes. El presente y flashbacks.
Inicialmente, el punto de vista es el de
Oscar. En otros momentos, se observa el punto de vista de la hermana en el
presente y en otros de la familia en el pasado o de otros integrantes de la
sociedad con modos de vida diferentes a los de ellos (ej: policía).
Eisenstein (1928) aseguró que “el sonido
tratado como un nuevo elemento de montaje (como un factor divorciado de la
imagen visual) introduciría inevitablemente nuevos medios de expresión, de
enorme poder de expresión”.
El cambio de la trama física a la trama mental,
en la escena psicodélica, se genera a través del sonido que va mezclando los
ambientes de los distintos espacios para crear la transición.
En esta película el sonido es utilizado como
recurso para hacernos transitar un vaivén entre lo que sucede a un grupo de
personas que integran la sociedad y el punto de vista del individuo. Me resultó
difícil ver la película, me generó angustia y creo que fue este recurso del
director el que logró tal efecto. El pensamiento del individuo como tal, sin
objetivos, sin una búsqueda a futuro, sin aparentes opciones para salir de
allí; un pasado trágico que pareciera arrastrarlo a la nada misma; infinidad de
otros individuos en la misma situación y la policía persiguiéndolo y actuando
ilegalmente: el vacío.
En el libro “La cultura argentina hoy.
Tendencias!”, en el capítulo 12: “La ciudad como lienzo de las culturas”, su autora Mariana Chaves haciendo referencia a
Richar Sennett (1997) y su obra “Carne y piedra” concluye que la historia está
en las piedras y cuerpos de los habitantes de las ciudades. “(…) La ciudad
también está en los cuerpos. En nuestros movimientos, forma de caminar, de
mirar, de oler. En cómo nos saludamos o insultamos. Y en esa no coincidencia
entre carne y piedra; ese malestar porque la ciudad no está hecha para una, esa
incomodidad porque no hay lugar para algunos, un extrañamiento entre los
espacios y nuestros cuerpos. Todo a la vez, el placer y el displacer del ser.
La comodidad y la incomodidad de estar (…)”
Mariana Chaves analiza la “manera de estar
juntos”, profundiza en las relaciones entre cultura, espacio público y
experiencia. Destaca la diferencia entre la ciudad pensada como mapa y el
mapa-experiencia (lo urbano, el mapa habitado y en movimiento). Hay “(…)
personas y comunidades disputando sentidos, conflictividad de la cual algo
emerge obteniendo legitimidad mientras otro queda soterrado, algo logra efecto
de verdad, otro de mentira, acciones que cobran valor de bondad, otras de
maldad. Ese combo de significados en el que nos criamos y que, a su vez,
reproducimos y transformamos es aquello a lo que los antropólogos venimos
llamando “cultura”: un tejido-lienzo de significados que construimos y que, a su vez, nos sustenta.”
Luego de ver la película me pregunto si
deberíamos hablar de ideología o ideologías. No puedo evitar ver las cosas
desde el individuo y la realidad y experiencias de cada uno que siempre tienen
algo en común pero que pueden ser abismalmente diferentes.
Considerando los abordajes de Chaves sobre el
encuentro, el encuentro conflictivo, la tendencia al encuentro intolerante, la
violencia como “macabra forma de certeza” (Arjun Appadurai), los
desplazamientos, el “tránsito ciego” y la “normalidad impuesta”, la negación y
anulación del otro, creo que puedo ver la película Enter the void como un
espejo del mapa-experiencia de un grupo reducido de personas ( no sólo los
protagonistas si no todo aquellos que se rodean con ellos) que muestran la
soledad imperante en las culturas actuales y la necesidad de encuentro aunque
este pueda ser dañino. La historia de Oscar y su hermana describe a dos jóvenes
que para la sociedad conservadora llevan a cabo acciones ilegales y peligrosas,
generan inseguridad y podrían poner en riesgo a otros. La acción de la policía
que en teoría debería cuidar a los ciudadanos y brindar seguridad termina con
la vida del joven, que si bien podríamos considerar que incurre en acciones
riesgosas no muere por efecto de las drogas como supone la sociedad sino por la
violencia y abuso de poder policial. Entiendo que el director intenta reflejar
esto. La ideología imperante propone que las drogas son peligrosas y nocivas, y
que quienes las usan también lo son; que la acción policial es necesaria para
que las sociedades progresen, que las
grandes ciudades brindan grandes posibilidades de desarrollo a sus habitantes a
través del confort y los avances tecnológicos pero el director y su equipo nos
muestran un resultado contradictorio al de la ideología. El reino de la razón
cínica. La mentira que se vive como verdad.
En el capítulo uno del libro “Ceguera moral” de
Zygmunt Bauman y Leonidas Donskis, los
autores dialogan y el primero hace referencia a sensaciones humillantes generadas
por la impotencia y la ignorancia experimentadas al vivir en condiciones de
incertidumbre prolongada y aparentemente incurable (como el de los
protagonistas de la película y como el de una gran parte de la sociedad actual
en nuestro país y en el exterior). En esta sociedad individualizada en la que
cada individuo habría de asumir plena responsabilidad de su destino, aquellos
más exitosos sugieren la inferioridad de los demás, generando un fuerte golpe a
su autoestima. La depresión, enfermedad psicológica más común en la actualidad,
es padecida por el “precariado”. Este término hace referencia a la
“precariedad” emparentada con la incertidumbre existencial.
Hace años la historia humana se representaba
como la historia de un progreso en libertad, la historia guiada en una
dirección inmutable. En la actualidad, el progreso históríco podría ser
representado con un péndulo más que con una línea ascendente. En el pasado la
queja era sobre la falta de libertad. En la actualidad algunos individuos
comienzan a demostrar que estarían dispuestos a entregar una parte de su
libertad si pudieran con esto liberarse de la inseguridad existencial.
“La cultura es el sedimento del intento
permanente por hacer habitable la vida con la conciencia de mortalidad”. Si
llegáramos a ser inmortales, la cultura llegaría a su fin.
En el video Guía ideológica para pervertidos,
Žižek, hace referencia a Marx y al concepto de mercancías más allá del objeto,
como depositarias de “exquisitez tecnológica” incluso metafísica que refleja
una trascendencia invisible. También refiere al gozo como una “obligación
perversa de la posmodernidad” y a la ideología como “contenedor vacío” (luego
de documentar el uso de la Novena Sinfonía de Beethoven como himno de fuerzas
político partidarias absolutamente diferentes).
Los personajes de la película no intentan
sostener la máscara ideológica, sin embargo son sus víctimas de todas maneras.
Es posible que la película no muestre en ningún momento (excepto cuando actúa
la fuerza policial) a personas con formas de vida diferente, esto refuerza aún
más la sensación de vacío y soledad. Los otros no se ven, pero no han sido
baleados.
La película quizá nos muestra a un sector de la
sociedad, con sus elecciones, con su postura frente a la ideología imperante
pero que en definitiva sufre las consecuencias del vacío, de la inseguridad
existencial que sufren todos sus integrantes, inclusive aquellos que viven de
manera diametralmente opuesta, los que condenarían su modo de vida o los que la
imitarían. Los que se oponen a la ideología, quienes intentan sostenerla y
quienes de manera corrupta aparentan cuidarla para actuar en contravención y a
favor de intereses propios, forman el equilibrio perfecto para que continúe en
vigencia.
Bibliografía
·
Žižek,Slavoj (2003) Sublime objeto de la ideología. Paidós
·
Quevedo, Luis Alberto - compilador (2015) La cultura argentina hoy. Siglo
veintiuno editores
·
Bauman, Zygmunt y Donskis, Leonidas (2015) Ceguera moral. Paidós
·
Apuntes de clase
Material
disponible electrónicamente
·
Gallardo Dominguez,
Juan Manuel (2013) Trabajo final de master: “Montaje
subjetivo: el espectador a través del punto de vista del protagonista”.
Universidad Politécnica de Valencia
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Trabajo Práctico de
Narrativa II.
Profesor:
Hernán Ocantos
Estudiante:
Leandro Segado
Octubre,
2017.
Desarrollo:
El
filósofo esloveno Zizek nació en la ex Yugoslavia, de aquí –del lastimoso
proceso que derivó en la balcanización de sus naciones con sus sangrientas
guerras[1]-quizá se entienda su
generalización de las revoluciones del siglo XX, incluida la cubana (!) como
procesos que terminan generando “pesadillas” en las sociedades donde se
desarrollan. Esto lo expresa en “Guía ideológica para pervertidos” (2012),
documental requerido en la consigna de este examen. Por haber vivido en los tiempos del mundo
bipolar y posteriormente la caída de la Unión Soviética –y con ella, desde una
visión derrotista, la idea de que el tren de la Historia se había detenido-
puede que se haya interesado en intentar actualizar el concepto de “ideología”
que viene trabajado por el marxismo desde el clásico “La Ideología Alemana” de
Carlos Marx y Federico Engels. En el fragmento de texto propuesto para este
trabajo junto al documental nombrado, Zizek desarrolla algunas ideas, como la
obsolescencia del concepto clásico de ideología entendida como falsa conciencia
o falso reconocimiento de la realidad social, o mejor dicho, conciencia ingenua
del mundo. Más bien, hoy en día, en la “post modernidad”, dirá Zizek, hay un
funcionamiento cínico de la ideología que se podría resumir en la frase “ellos
saben muy bien lo que hacen, pero aun así lo hacen” por una cuestión de goce de
ese enmascaramiento, una razón cínica, la cual es la respuesta de la cultura
dominante a su subversión kínica. Creemos
que hay una mixtura de análisis materialista con un análisis psicoanálitico del
asunto, ya que el hecho de que haya un goce en la razón cínica, no significa
que no exista una falsa conciencia, sino más bien, constituye una expresión
actualizada de esa alienación que produce el sistema capitalista. Este cinismo
si proviene de los sectores dominantes (podríamos pensar un ejemplo, con las
reflexiones de la diputada Elisa Carrió o el gobierno nacional sobre la
desaparición, durante 77 días, de Santiago Maldonado) constituye un cinismo
“natural” y que le es funcional a los sectores dominantes ya que es una forma
de ganar posiciones en la batalla cultural ideológica contra los sectores
populares. Cuando ese cinismo genera goce e identificación en los sectores
populares, no deja de ser, un producto de la ideología que opera en todo un
conjunto social. Quizá aquí cabría mejor la palabra hegemonía, aunque hay
grandes debates actuales de si el actual gobierno nacional argentino ha logrado
generar una hegemonía o no.
Con respecto a la ficción de Gaspar Noé “Enter the Void”, podemos pensar una
relación con el concepto de la razón cínica de Zizek en la siguiente medida.
¿Cuál es el sentido de la vida? Una pregunta que históricamente se hicieron las
personas que pensaron un poco más allá de la satisfacción de sus necesidades
más básicas. Hoy en día, es una pregunta que si exceptuamos a la religión, es
más difícil de contestar. Sobre todo en este momento determinado de la sociedad
globalizada, donde la cultura tiende a homogeneizarse, gracias al desarrollo
capitalista ingobernable y a las nuevas tecnologías, en pos de una identidad
asociada al consumo de mercancías. Recordemos que la mercancía, sustancialmente
es trabajo humano, que satisface determinadas necesidades del ser humano (de
supervivencia o culturales) y que tiene un valor en el mercado. Por lo tanto,
una droga –sustancia inerte que al ser consumida genera algún tipo de reacción
en el metabolismo del ser humano, que puede ser psíquica y/o física- es una
perfecta mercancía, y un perfecto negocio ya que aquellas que están
ilegalizadas generan una tasa de ganancias muy superior a cualquier otro
“negocio”. Claramente, otras prácticas humanas que generan estas altísimas
tasas de ganancia son la trata de mujeres, de niños, órganos, etc.
Volviendo
a la película, al nombre de la misma más particularmente, ¿qué es aquello que
puede “llenar ese vacío”?. La respuesta que vemos en la película es que lo
puede otorgar una droga. Una droga puede llenar el vacío, puede realizar a las
personas, que están deprimidas, melancólicas, ansiosas. Habría que rastrear
cuándo surgen estos sentimientos en la humanidad. Quizá el uso del tiempo que
impuso una sociedad industrial urbana haya colaborado a que se desarrollen o
potencien los mismos. En la película, el protagonista, Oscar, consume ciertas
drogas propias de países con un alto desarrollo de sus fuerzas productivas
(como podría ser Japón, cualquier país de Europa, Estados Unidos, etc), donde
los lazos sociales están resquebrajados (citar al sociólogo francés Emile
Durkheim, y sus conceptos de solidaridades mecánicas u orgánicas, o las causas
halladas a los suicidios, podría ser anacrónico) y estas drogas de uso y goce
individual pueden encajar mejor. Una
diferencia sustancial al uso que le daban (le dan) los pueblos originarios, en
donde el uso se realiza en comunidad, reforzando lazos sociales. En la
película, quizá se asemeja más al uso que se le dio en los ’60, en Estados Unidos
principalmente, el “hippismo”, un uso individualista, liberal, inorgánico, que
aunque supuestamente se pensaba en clave de rebelión, terminó siendo funcional
a los planes del Imperialismo. Una buena radiografía de esta situación podemos
disfrutarla en el final de la película “Fear and loathing in Las Vegas” de
Terry Gilliam, sobre la novela de Hunter Thompson[2].
Oscar
consume drogas buscando llenar el vacío que le dejó la muerte por accidente de
su madre y padre y luego de sus abuelos, quedando bajo la protección del
Estado. Una situación bastante traumática, que al darse en una sociedad con los
lazos tan fragmentados, puede amplificarse exponencialmente. Sobre todo
teniendo en cuenta que es un Estado bastante frío, burocrático, donde Linda, su
hermana, es arrancada entre llantos, hacia alguna familia que la cuide.
Volviendo a la comparación de este tipo de uso de droga que hace Oscar, con la
que hacían los hippies de los ’60 podemos arriesgar que esta búsqueda del
sentido de la vida, este “llenar el vacío”, puede realizarse de esa manera:
acelerando el tiempo, anulándose la conciencia de la realidad social en la que
vivimos por segmentos de diez o veinte minutos, en lo que, siguiendo la fómula
de Zizek, sería “Oscar sabe muy bien lo que hace, pero aun así lo hace”. Morir
y volver de la muerte y poder contarlo o recordarlo. Esta idea de la
resurrección, más allá de lo que podemos interpretar como lo que le produce las
drogas que consume, aparece también en la película relacionada a la idea,
basada en la religión budista, de la vida después de la muerte: Oscar reaparece
una vez ya fallecido recorriendo su pasado e incluso el (no ya su) futuro.
A
modo de conclusión, podemos decir que esta fragmentación de lazos sociales,
dado el momento histórico actual, hace que ese vacío sea llenado con drogas
cada vez más sintéticas y fuertes, o bien con otros consumos de mercancías que
sin ser drogas pueden llegar a generar adicciones (redes sociales, etc) y a
aislar a los individuos de una sociedad determinada. Un tipo de consumo y de
praxis humana bastante cínico.
Propositivamente,
podemos arriesgar que otra forma de llenar ese vacío de sentido puede ser lo
que faltó al movimiento hippie de los ’60, y a Oscar y a Linda: un órgano
social que mantenga unidos a sus individuos, que les genere un objetivo, una
razón por la cual pertenecer. Y si ese órgano social no existe, habrá que
crearlo dedicando tiempo humano, es decir, militando por cambiar esta sociedad
tan miserable.