Breve crónica de la clase 6 – Narrativa I
2017
Vamos
a citar a David Viñas reseñando los conceptos de parodia e ironía postulados
por el soviético Mijail Bajtín en su famoso libro La cultura popular en la
Edad Media y en el Renacimiento: El contexto de Francois Rabelais. Explica
Viñas: “Bajtin afirma que para combatir el monologismo (la idea de un lenguaje
unitario y autoritario) puede recurrirse (como hizo Rabelais) a la risa, es decir,
puede recurrirse a la ironía, la parodia, etc., a las distintas manifestaciones
del humor, en definitiva, porque es un modo de desmitificar, de invertir la
imagen oficial del mundo, un modo de volverlo todo al revés. En efecto, la
parodia y la ironía hacen que se reconozca el enunciado como la voz de otro
emisor (...) La parodia es también un procedimiento en el que claramente queda
reflejada otra voz: la de la víctima parodiada. La ironía y la parodia son
armas eficaces para subversión, pues en ellas se da un fenómeno de bivocalidad
(dos voces expresadas a la vez), y de una de las voces es la oficial y
parodiada, mientras que la otra es la transgresora que parodia o ironiza.
Ironía y parodia son, pues, dos modos de filtrar la voz ajena y permiten cuestionar
la imagen oficial del mundo.”
A
la luz de estas ideas nos abocamos a la lectura de la novela del mexicano
Sergio Pitol La vida conyugal, tercera parte del llamado “tríptico del
carnaval” ( las otras, Domar a la divina garza y El desfile del amor). Destacamos
las subversiones que se presentan a algunas instituciones burguesas tales como
el matrimonio, los partidos políticos, el mundo del empresariado, entre otras.
Completamos la jornada con la proyección de un breve pasaje de la película
homónima de Carlos Carrera quien parece haber dejado de lado el concepto
paródico mediante el cual Pitol filtra su novela.
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Breve crónica de la clase 5 – Narrativa I 2017
Comenzamos el encuentro planteando algunos interrogantes acerca de uno
de los temas convocantes: ¿Hay una Literatura Latinoamericana con rasgos
propios? ¿Qué es la Literatura Latinoamericana en una región del mundo tan
extraordinaria y diversa, imaginada en otro tiempo por los conquistadores como
el lugar del Paraíso Terrenal? ¿Desde cuándo existe o nos podemos referir con
propiedad a Latinoamérica? ¿Bajo qué presupuestos podemos concebir el concepto
de Literatura Latinoamericana como una unidad? Estos interrogantes aluden a una
zona geográfica autónoma que delimita
sus fronteras a través de una producción discursiva en la cual confluyen lo estético, lo
político y lo cultural.
José de la Fuente afirma que la delimitación histórica de la literatura
latinoamericana exige una terminología que no se preste a equívocos y un punto
de vista que nos permita hablar con propiedad. ¿Cuál es el requisito de esta
doble exigencia? En primer lugar, saber y aceptar que América Latina existe como continente mestizo (no sólo de razas, sino de influencias,
aspiraciones e ideologías), mayoritariamente católico-cristiano y, en segundo lugar, desde que fue ocupada
y encubierta ha constituido un espacio de disputa por monarquías y potencias
extranjeras, verificación que le ha otorgado un carácter de rebeldía,
esencialidad y resistencia a su literatura.
(Concepto
publicado en Pensamiento crítico latinoamericano, conceptos fundamentales, Vol.
II R. Salas, coordinador. Ediciones UCSH, 2005)
http://www.academia.edu/6176059/LITERATURA_LATINOAMERICANA
En este sentido acordamos que la noción de literatura latinoamericana
tiene su correspondencia con la de América latina, idea acuñada por el
colombiano José María Torres Caicedo (1875), y que surge como oposición a la de
América sajona. En un sentido similar, por la misma época (1881) José Martí
propone la idea de “Nuestra América”.
El famoso investigador uruguayo, Ángel Rama, en La ciudad escrituraria (1984) propone una complementación de la
historia de la literatura latinoamericana con cuatro épocas en consideración a
ciertas fechas:
1) Época de la Independencia y formación de las nuevas naciones
(1810-1870).
2) Época del internacionalismo modernizador decimonónico (1870-1910).
3) Época del nacionalismo social y cosmopolita, incluidas las
vanguardias (1910-1940) con sus vertientes urbanas y regionalistas.
4) Época de 1940 en adelante, el tiempo del “Boom” y en la que se
escribe su ensayo La ciudad letrada
(1972). Obviamente, de aquí en adelante, esta periodización se debe abrir
en función del impacto de la mundialización y de la globalización con una
América Latina a quinientos años del descubrimiento (encubrimiento para otros),
terminando el siglo con dictaduras militares en varios países de la región.
Durante la charla de clase quedó flotando la pregunta de cuál sería la
quinta época que Rama no llegó a considerar. También quedó expuesta la idea del
lenguaje como elemento unificador de la literatura latinoamericana.
Por
su parte Mario Benedetti en El escritor y
la crítica en el contexto del subdesarrollo (1977) se muestra sorprendido
por la aparición de este sistema literario latinoamericano en un contexto
donde: “Las amenazas, los secuestros, las prisiones, las torturas, el crimen,
se ciernen sobre el desarrollo de estos pueblos, y también de los pueblos
aledaños, ya que es inocultable el propósito irradiante de este fascismo
semicriollo.”
A su vez hicimos mención a la tensión nacida del dominio continental de
los Estados Unidos y cómo este hecho ayudaría a pensar en las ideas planteadas
con anterioridad. Dado el carácter polémico del tema en cuestión, dejamos las
puertas abiertas para aportes en clases posteriores. Para ampliar la cuestión
recomendamos los siguientes libros:
Ana Pizarro, La literatura
latinoamericana como proceso, (1985)
Ángel Núñez, El canto del Quetzal, reflexiones sobre Literatura
Latinoamericana. Con prólogo del brasileño
Antonio Candido.
En
función de estas vastas consideraciones nos introdujimos en la lectura de Bonsái, la breve pero rica novela del
chileno Alejandro Zambra. Analizamos los siguientes puntos conflictivos: las
alusiones metaliterarias, la muerte de la novela, la parodia de la figura del
“escritor nacional”, la ausencia de verdades absolutas, lo absurdo de la
muerte, la necesidad de la lectura en el cortejo femenino.
Para
finalizar seleccionamos un pasaje de la película dirigida por el también
chileno Cristián Jiménez en el año
2011.
----------------Breve crónica de la clase 4 – Narrativa I 2017
Dimos inicio a este cuarto encuentro reseñando el artículo El amor verdadero: apuntes sobre el
melodrama (gay) de Daniel Link. (Norma, 2005).
“No
soporto vivir sin él/ella. Moriré.” Es la sentencia que articula cualquier
variedad melodramática. Luego, Link dice que hay dos modelos actuales para la
codificación de los comportamientos de la vida cotidiana: el melodrama y la comedia de situación (sitcom).
El
melodrama fusiona la tradición del relato (el romance, la balada, la épica) y
la tradición popular del teatro (la feria, la fiesta y el carnaval.) De modo
que todo melodrama articula una historia de amor (trágica) y una historia
familiar, es decir, un drama de identidad.
Por
ello el melodrama sexualiza el cuerpo: su pasión es la pasión del cuerpo. Su
campo simbólico no es la diferencia sexual, es la castración. Es el sistema
activo/pasivo, humillador/humillado, abandonante/abandonado (castrador/castrado)
lo que organiza toda la semántica del melodrama. De manera que el fracaso
sentimental es igual a la muerte.
Entonces
a partir de estas consideraciones nos abocamos a la tarea de analizar El
beso de la mujer araña de Manuel Puig.
Coincidimos
en que partiendo de los dos personajes protagonistas, Valentín Arregui Paz y
Luis Molina, la novela se estructura en torno de los vínculos entre revolución
sexual y revolución política.
Ambos
personajes discuten durante toda la novela sobre la sexualidad y la política,
debate al que se van sumando otros tópicos que mantienen la misma
estructuración binaria: sentimiento/ razón, cuerpo/ mente, deseo/ deber, entre
otros. Molina es el representante del polo de la sexualidad y Valentín del de
la política, sin embargo a lo largo del devenir de la novela, que es el devenir
de estos sujetos, cada uno de los personajes comienza a identificarse también
con las otras posiciones y ya no quedan tan claros los papeles. Los lugares de
cada uno están al comienzo claramente diferenciados pero se convierten al final
en posiciones que coinciden, por lo que su individualización se torna difusa.
Esto nos hizo pensar en las categorías de ser y parecer según las
plantea Todorov. Tanto uno como el otro parecen algo que finalmente no serán.
Las
narraciones enmarcadas de las películas que Molina cuenta a Valentín cumplen
una función similar a las de Scheherezade en los relatos de Las mil y una noches, de manera tal que
los cuentos de Molina ahuyentan a la muerte, camino ineludible hacia el que se
dirige.
Hicimos
algunas consideraciones relacionadas al plano lingüístico y nos preguntamos si
el registro utilizado por ambos presos responde al concepto de verosimilitud.
Párrafo
aparte merecen las notas al pie que se intercalan a lo largo de toda la novela,
estas le ofrecen al lector medio información sobre los debates de esa época
acerca del feminismo, la homosexualidad y la política. Salvo la última que
ofrece un cambio radical acerca de la posición del homosexual como sujeto
revolucionario. Mencionamos, a su vez, cómo esta última nota, donde se colocan
las ideas de la inexistente dra. Taube, asemeja a Puig, escritor aparentemente
“no borgeano”, al autor de La intrusa, mediante
el procedimiento de la nota apócrifa. Para
ser honestos este punto de análisis nos quedó un poco pendiente por falta de
tiempo.
Tal
como hacemos cada sábado, dejamos para el cierre del encuentro la proyección de
una escena de la película dirigida por Héctor
Babenco. En ella Molina rompe con toda previsión emocional y corporal de
Valentín al hacerse cargo de su aseo luego de que este se hace caca encima. El
impacto de la escena es tal que logramos percibir cómo el amor de estos
personajes impone sus reglas, incluso por sobre lo escatológico.
Para
finalizar propusimos un trabajo grupal a partir de la interrelación entre los
siguientes elementos: traición/amor – revolución/acatamiento –
homosexualidad/heterosexualidad – caca/limpieza.
La
simpleza de la actividad, paradójicamente, generó una larga y compleja línea
reflexiva por parte de los docentes asistentes. Podríamos decir que fue un
final a toda orquesta.
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Breve crónica de la clase 3. Narrativa I (22 de abril)
Luego
de presentar algunas nociones básicas sobre el concepto de texto narrativo tal
como las propone la teórica Mieke Bal en su libro Narratología: introducción
a la teoría de la narrativa (1985), comenzamos la mañana con la excusa de
analizar la novela Ciencias morales (2007) de Martín Kohan. Las
publicidades del año 1982 nos sirvieron para contextualizar la cuestión. Y para
estremecernos en escalofríos, por qué no decirlo (en particular la del Ford
Falcon).
La
novela nos obligó a pensar en cómo se narra el horror de la dictadura en
la literatura y los hiatos que el lector debe completar a partir de las cosas
que el narrador no dice. De este modo el lector asume una complicidad en la
construcción de la ficción y mediante una homologación con la realidad extra
literaria.
Para
visualizar las relaciones que se proponen en el texto (Biasutto, jefe de
preceptores vs. Marita, preceptora; Marita vs. alumnos de 3º10ª del Nacional
Buenos Aires, sociedad vs. Estado, etc.) observamos un fragmento de la película
inspirada en la novela, La mirada invisible (2010) de Diego Lerman. Fragmento
que padecimos por su violencia pero que gozamos por su actuación.
Por
último, y en línea con la pretensión de un abordaje transdisciplinario de la
asignatura, escuchamos la canción “Wadu, wadu” del año 1981 del grupo Virus,
cuyos primeros versos adquieren una significación especial al volver a oírlos: Me
estás pasando... horrible depresión, estás muy tensa.. perdiste la razón.
Se oye mientras en la película el personaje de Marita, adentro, en una fiesta
en un departamento, los baila y afuera la depresión comienza a retirarse. Para
siempre.
Sobre los nombres de los capítulos
Antes
de terminar el encuentro Gustavo, uno de nuestros compañeros, alzó la mano y
preguntó qué relación había entre el modo de nombrar los capítulos y el
contenido de los mismos. Como no pude darle una respuesta certera me comprometí
a pensarlo. Tampoco sé si será fructífera esta presentación pero, tal vez, nos
ayude a pensar la novela un poco más. En otras palabras, sumemos más a la confusión a las incertidumbres. Lo
primero que se me ocurrió (y casi lo único) es pensar en el significado o
referencia de los nombres de cada capítulo. Entonces googleemos y wikipediemos:
Ciencias morales: (Según Wikipedia) “En 1938
quedó instalada en Buenos Aires la Academia Nacional de Ciencias Morales y
Políticas con el objeto de profundizar los estudios de las disciplinas
humanísticas que definen su campo.” Para completar la idea, y no copiar
y pegar eternamente, lean el apartado que se subtitula “Participación de los
miembros en la dictadura militar”. Todos sabemos que “hay” que cuestionar la
Wikipedia porque los artículos pudieron haber sido escritos por cualquier
persona, pero sólo hay que tomar las referencias y sentir estremecimiento otra
vez.
Juvenilia: famosa novela de Miguel Cané
ambientada en el mismo Nacional Buenos Aires. Allí se relata, tal como dice el
narrador de la novela, el pasado esplendoroso de los primeros años del colegio.
Luego Cané abandonaría su “costado humanístico” para impulsar la Ley de
residencia del año 1902.
Imaginaria: vamos a anotar un par de
definiciones de diccionario y relacionarlas con la terminología que usa el
narrador para describir las acciones de los estudiantes.
Según
la RAE
Del lat. imaginarius.
2. adj. desus. Dicho de
un artesano o de un artista: Que tallaba, esculpía o pintaba imágenes. Era u.
t. c. s. m.
Que cada uno se quede con la acepción que le
parezca más apropiada.
La manzana de las luces: “Es una manzana histórica de la Ciudad de Buenos Aires, que se
encuentra rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca
y Perú. En ella están ubicados el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Iglesia
de San Ignacio, el antiguo edificio de la UBA y otros edificios históricos. Ha
sido bautizada de esa forma por el periódico El Argos en 1821, debido a las
instituciones intelectuales que allí se encontraban instaladas.” Dado el
contexto en el que transcurre la novela, la denominación parece más una ironía
que una simple catalogación capitular.
Séptima hora: última
hora de la carga horaria escolar, la del tedio, la que no queremos tener porque
estamos hartos de estar en la escuela, la que nos pesa más que cualquier otra
anterior. La del castigo y el silencio.
Breve crónica de la clase 3. Narrativa I
(22 de abril)
Luego
de presentar algunas nociones básicas sobre el concepto de texto narrativo tal
como las propone la teórica Mieke Bal en su libro Narratología: introducción
a la teoría de la narrativa (1985), comenzamos la mañana con la excusa de
analizar la novela Ciencias morales (2007) de Martín Kohan. Las
publicidades del año 1982 nos sirvieron para contextualizar la cuestión. Y para
estremecernos en escalofríos, por qué no decirlo (en particular la del Ford
Falcon).
La
novela nos obligó a pensar en cómo se narra el horror de la dictadura en
la literatura y los hiatos que el lector debe completar a partir de las cosas
que el narrador no dice. De este modo el lector asume una complicidad en la
construcción de la ficción y mediante una homologación con la realidad extra
literaria.
Para
visualizar las relaciones que se proponen en el texto (Biasutto, jefe de
preceptores vs. Marita, preceptora; Marita vs. alumnos de 3º10ª del Nacional
Buenos Aires, sociedad vs. Estado, etc.) observamos un fragmento de la película
inspirada en la novela, La mirada invisible (2010) de Diego Lerman. Fragmento
que padecimos por su violencia pero que gozamos por su actuación.
Por
último, y en línea con la pretensión de un abordaje transdisciplinario de la
asignatura, escuchamos la canción “Wadu, wadu” del año 1981 del grupo Virus,
cuyos primeros versos adquieren una significación especial al volver a oírlos: Me
estás pasando... horrible depresión, estás muy tensa.. perdiste la razón.
Se oye mientras en la película el personaje de Marita, adentro, en una fiesta
en un departamento, los baila y afuera la depresión comienza a retirarse. Para
siempre.
Sobre los nombres de los capítulos
Antes
de terminar el encuentro Gustavo, uno de nuestros compañeros, alzó la mano y
preguntó qué relación había entre el modo de nombrar los capítulos y el
contenido de los mismos. Como no pude darle una respuesta certera me comprometí
a pensarlo. Tampoco sé si será fructífera esta presentación pero, tal vez, nos
ayude a pensar la novela un poco más. En otras palabras, sumemos más a la confusión a las incertidumbres. Lo
primero que se me ocurrió (y casi lo único) es pensar en el significado o
referencia de los nombres de cada capítulo. Entonces googleemos y wikipediemos:
Ciencias morales: (Según Wikipedia) “En 1938
quedó instalada en Buenos Aires la Academia Nacional de Ciencias Morales y
Políticas con el objeto de profundizar los estudios de las disciplinas
humanísticas que definen su campo.” Para completar la idea, y no copiar
y pegar eternamente, lean el apartado que se subtitula “Participación de los
miembros en la dictadura militar”. Todos sabemos que “hay” que cuestionar la
Wikipedia porque los artículos pudieron haber sido escritos por cualquier
persona, pero sólo hay que tomar las referencias y sentir estremecimiento otra
vez.
Juvenilia: famosa novela de Miguel Cané
ambientada en el mismo Nacional Buenos Aires. Allí se relata, tal como dice el
narrador de la novela, el pasado esplendoroso de los primeros años del colegio.
Luego Cané abandonaría su “costado humanístico” para impulsar la Ley de
residencia del año 1902.
Imaginaria: vamos a anotar un par de
definiciones de diccionario y relacionarlas con la terminología que usa el
narrador para describir las acciones de los estudiantes.
Según
la RAE
Del lat. imaginarius.
2. adj. desus. Dicho de
un artesano o de un artista: Que tallaba, esculpía o pintaba imágenes. Era u.
t. c. s. m.
Que cada uno se quede con la acepción que le
parezca más apropiada.
La manzana de las luces: “Es una manzana histórica de la Ciudad de Buenos Aires, que se
encuentra rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca
y Perú. En ella están ubicados el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Iglesia
de San Ignacio, el antiguo edificio de la UBA y otros edificios históricos. Ha
sido bautizada de esa forma por el periódico El Argos en 1821, debido a las
instituciones intelectuales que allí se encontraban instaladas.” Dado el
contexto en el que transcurre la novela, la denominación parece más una ironía
que una simple catalogación capitular.
Séptima hora: última
hora de la carga horaria escolar, la del tedio, la que no queremos tener porque
estamos hartos de estar en la escuela, la que nos pesa más que cualquier otra
anterior. La del castigo y el silencio.
En fin, Gustavo, no sé si será esto una respuesta,
pero tal vez observando un recorte de los elementos así, todos juntos, pueda
servirnos para pensar la novela una vez más. Gracias por incentivarnos a la
relectura, como dice Unamuno.
Clase 2.
Mieke Bal en Teoría de la narrativa (Una introducción a
la narratología.) (Cátedra, 1990) la narratología es la teoría de los
textos narrativos. Define texto como
un todo finito y estructurado que se compone de signos lingüísticos. Un texto narrativo será aquel en el que
un agente relate una narración. Una
historia es una fábula presentada de cierta manera. Una fábula es una serie de acontecimientos lógica y
cronológicamente relacionados que unos actores causan o experimentan. Un acontecimiento es la transición de un
estado a otro. Los actores son
agentes que llevan a cabo acciones. No son necesariamente humanos. Actuar es causar o experimentar un
acontecimiento.
Texto, historia y fábula son los
tres estratos de un texto narrativo. Se van a analizar por separado.
Páginas 15 y 16. Características
ideales del texto narrativo.
El narrador es el sujeto
lingüístico que se expresa en el lenguaje que constituye el texto. Concepto
fundamental en el análisis de los textos narrativos. Habla de narrador externo
y narrador vinculado a un personaje. Narrador y descripción (pág. 135) No es el
autor, ni tampoco el autor implícito
(conceptos ideológicos y morales de un texto).
Genette.
Todorov. Historia y discurso.
Fábula y tema, formalismo ruso. Aspectos del relato: el narrador sabe más que
el personaje (visión “por detrás”) el relato clásico; el narrador =que el
personaje (visión “con”) la explicación de los acontecimientos no es conocida
por el narrador hasta tanto el personaje no nos la haga saber, puede ser en primera
o en tercera persona; y el narrador que sabe menos que el personaje (visión
“desde afuera”) el narrador describe lo que ve, lo que oye, pero no tiene
acceso a las conciencias de los personajes (Hammet).
El río oscuro (1943) Alfredo Varela.
Podría encuadrarse en una nueva
tendencia realista literaria que surge entre mediados de los años 30 y
principios de los 50. Estos escritores comienzan a alejarse de sus modelos
anteriores y comienzan a “leer” a “nuevos escritores” (John Dos Passos) que
preservan su compromiso social unido a nuevas técnicas narrativas
(fragmentarismo, biografías enmarcadas, paralelismos, etc.) Comulgan la mirada
comprometida sobre la novela con la necesidad de renovación en los
procedimientos narrativos. Otras de
las novedades es el intercalado de textos periodísticos de
otros autores que facilitan la ubicación del conflicto, como así también el uso
de la lengua guaraní y de modismos propios de las poblaciones de la región.
Al mismo tiempo se intensifica
el interés de los escritores por las grandes cuestiones teóricas, estéticas e
ideológicas acerca de la novela (vanguardias, arte de tendencia, formalismo,
realismo socialista.)
La obra de
Varela refleja la herencia feudal de la conquista española y sus sucesores: no
más de veinte latifundistas. Relación con la novela de Yupanqui Cerro Bayo (1946)
Estos nuevos escritores
realistas se ocuparán, básicamente, del examen de dos ámbitos tradicionales: la
ciudad y el campo. En el caso de la novela de Varela los personajes escapan del
arquetipo del “espíritu íntimo de la tierra”, se presta menos atención a lo
cósmico, a lo telúrico, a lo sobrenatural, al regionalismo de signo
tradicionalista (evocaciones del pasado patriarcal, nostalgia por el mundo de
la infancia, descripción de las costumbres pastoriles, etc.); en beneficio de
una mayor atención a los problemas vinculados con las desigualdades regionales,
la migración interna, la marginalidad y las nuevas formas de explotación
económica. Se recuperan personajes, actitudes y comportamientos vinculados con
la marginalidad.
Cinco tipos de discurso: “Galope
en el río”, los epígrafes, la historia de los hermanos Moreyra, y las dos
series “En la trampa” y “La conquista”. En la primera de
estas dos últimas va presentando testimonios de personajes aparentemente ajenos
al núcleo central, a descripciones casi estáticas de paisajes, de árboles o de
animales. En la segunda se van mostrando los pasos dados por el blanco para
poseer y dominar tanto la naturaleza como las criaturas del Alto Paraná.
Esta
crónica finalizará con una tímida pero auspiciosa lucecita de un farol,
encendido en el humilde rancho del primer sindicato obrero del obraje.
Dada
su filiación al partido comunista y a su condición de detenido, la producción
se vio obligada a omitir el nombre del autor en los créditos de la película y a
cambiar el título del original por el de Las
aguas bajan turbias. En la adaptación cinematográfica de Del Carril la
historia de la dominación colonial española, la presencia del latifundio y el
vínculo con la tradición indígena no están presentes.
Cristina Mateu. Encuentros y desencuentros entre dos grandes obras: El río Oscuro y Las aguas bajan turbias.
http://nuevomundo.revues.org/63148#tocto1n1
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Clase 1 – Narrativa universal I
(América). Hernán Ocantos.
Iniciamos los encuentros
a partir de la siguiente pregunta: ¿Qué es la literatura?
A partir de ella
aportamos a la discusión diversas posturas: Shklovski, Trotsky, Sartre,
Eagleton. Y por supuesto las ideas de los docentes participantes.
Luego leímos fragmentos
de los cuentos Tema del traidor y el héroe (1944) y La
intrusa (1970) de Jorge Luis Borges (Ficciones, 1944 y El informe de
Brodie, 1970.) Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo de Alberto
Laiseca (Inédito).
Y observamos unos breves fragmentos de las
películas: La estrategia de la araña de Bernardo Bertolucci (1970), A intrusa de Carlos Hugo Christensen
(1979) y Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo de de Mariano Cohn
y Gastón Duprat (2011).
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